Muchas veces hemos escuchado “Mañana será otro día”, o “Vendrá el mañana”, pretendiendo crear una esperanza de que el mañana será mejor, y vivimos bajo la incertidumbre de si así será o no. Perdemos la atención en el aquí y el ahora recordando momentos que se armonicen con la emoción que estamos experimentando, o nadando en opciones futuras ya sean positivas o negativas que se relacionen con la situación actual, perdiendo el profundo anclaje en lo único que en ese momento es real, el presente.
La importancia del aquí y el ahora reside en que, en realidad, es el único momento qué tenemos, ya que incluso planear para el futuro lo hacemos en este instante, y el futuro lo reconocemos como el próximo minuto, y el próximo minuto, y el próximo minuto y así sucesivamente.
El mindfulness se define como “La atención plena de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación”; dado que nos explican que la depresión se relaciona con mantener los pensamientos en el pasado, y la ansiedad con el miedo a un futuro no deseado; el anclar nuestros sentidos y nuestra atención a la experiencia actual de vivir, nos permitirá mantener la mente serena.
Pero, ¿Cómo podemos lograr esto? Sobre todo cuando llega un diagnóstico a modificar la vida.
También llamada “Respiración Consciente”; consiste en poner la atención plena en los componentes de la respiración, la inhalación y la exhalación. Esta práctica facilita la relajación de la mente, una mejor oxigenación corporal, un mejor control del sistema nervioso y es un primer paso para separar a la persona de su emoción reduciendo el juicio de valor de la experiencia.
En conjunto con lo anterior, la activación de los sentidos reforzará tanto la conexión con nuestro sentido de la propiocepción o lo que también podemos relacionar como nuestra “inteligencia interpersonal”; como con el tiempo presente. Los sentidos son los receptores de los estímulos que recibimos, prestarles atención con la finalidad de relajarlos para cuidarlos será fundamental.
La activación de los sentidos será la vía que nos permitirá percibir, comunicarnos, crear y trabajar; mantenerlos activos a través de la respiración, antes, durante y después de recibir un diagnóstico de cáncer será menester para garantizar un mejor procesamiento de la información que estamos recibiendo; una más activa y clara capacidad cognitiva que permita mejor toma de decisiones al igual que una más amena regulación de nuestras emociones evitando un impacto nocivo dentro de la psique que pueda convertirse en una condición a largo plazo.
Por esta y muchas razones, independientemente del momento que estemos pasando, centrarnos en lo actual, en lo tangible, en lo real es la forma más plena de vivir.
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🥼 Paulina Kauffmann
Psicóloga
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